Lo dijo antes, durante y después del masivo acto de ayer en el Hipódromo. "Si me dicen que el 28 de agosto ganamos las elecciones con el 50%, hoy yo lo firmo", señaló a LA GACETA el gobernador José Alperovich. Ese antes fue con la tensión de la tarde del viernes que se vivía en su despacho de la Casa de Gobierno, un poco por la protesta de los autoconvocados; mucho por las dudas de la visita presidencial.
El durante tiene que ver con cómo inició la jornada, media hora de esa tradicional mateada matutina, junto con su esposa, la senadora Beatriz Rojkés, en su residencia privada. Salió tranquilo, al encuentro con la presidenta Cristina Fernández. Sabía que todo estaba preparado para que ella viva una gran fiesta. Y así fue en el Hipódromo, con una movilización de más de 50.000 personas, según los cálculos de los colaboradores de Alperovich. Él asintió con un gesto. Ese 50 comienza a ser un número cabalístico para el entorno oficial.
El gobernador siguió cumpliendo su ritual: saludó a sus funcionarios en la Casa de Gobierno; fue al izamiento y partió hacia el Tedeum en la Catedral. "Ya falta poco", dijo al salir de la Iglesia rumbo al aeropuerto Benjamín Matienzo. Se instaló en la sala Vip; sus funcionarios comenzaron a realizar llamadas. "¿A qué hora salen?", preguntó uno para ultimar los preparativos de la visita presidencial.
Eran cerca de las 11 y, unas tras otras, iban llegando las aeronaves de las gobernaciones vecinas. En la Vip había una multitud. Alperovich sonreía. Se sentía pleno, tanto como las avenidas que circundan la zona del Parque 9 de Julio, abarrotadas de colectivos de distintas empresas; de distintos colores, pero con un sólo fin: trasladar a miles de tucumanos a la fiesta preparada en honor a Cristina.
Cuarenta minutos después del mediodía, la Presidenta bajó del Tango 01. El matrimonio Alperovich y el intendente de Alderetes, Julio Silman, la recibieron. Cumplieron el protocolo. Cristina no. El helicóptero especialmente trasladado desde Santiago del Estero quedó estacionado en la pista de la aeroestación. La Presidenta quería estar en contacto con la gente. Pidió ir por tierra. Y sus custodios, rápidos de reflejos, alistaron una combi. A la Casa Histórica; sin escalas. Y luego al Hipódromo. Fue la única oportunidad en la que Alperovich dijo más de tres frases seguidas, durante le discurso.
El regreso de Cristina a Buenos Aires estaba próximo. Fue casi 10 minutos después de las 15. En dos horas y media, ella recibió el calor de los simpatizantes tucumanos. Recordó a su esposo, Néstor Kirchner, con quien compartió ese mismo escenario en el Hipódromo algunos años atrás. Alperovich también cumplía con su ritual. Siempre acompañado de su esposa, no se despegó tampoco, ni un instante, de la jefa de Estado. Ella se fue contenta. Él se quedó tranquilo. "Fue espectacular", dijo antes de irse hacia su domicilio. Después del masivo acto, Alperovich volvió a repetir aquella frase: "firmo por el 50% de votos en la elección de agosto". Pocas palabras; muchos gestos.